- Italiano, dame el libro.
- Sí - le digo mientras busco en la mochila de deporte, ahí tengo el dinero y el maldito libro - Toma, aquí lo tienes, siento lo de las tapas, fue necesario para esconderlo en casa.
- Ahora parece que fue una buena idea, tampoco importa mucho - dice Jorge con total tranquilidad
Miro a mi maestro su manera de examinar el libro, como si fuese un hijo pequeño, con cariño y sumo cuidado.
Su casa es pequeña, el comedor es demasiado sencillo para mi gusto, un sofá de cuero rojo, un mueble bajo de color blanco que ocupa todo lo largo de la pared que hay frente al sofá, ahí está la televisión, una verdadera reliquía de los años 90, las paredes blancas y el suelo del mismo color, es enfermizo, Jorge dice que así es más tranquilo, tenemos gustos diferentes.
El maestro se levanta y camina dirección a la cocina.
- Maestro, ese libro me está dando muchos problemas, ¿es cierta la leyenda de su contenido?
- Sí que es cierta, por supuesto.
- Entonces, ¿porqué nadie ha realizado copias del libro?
- ¿Quien te dice que no hay copias?
- Entonces, ¿qué sentido tiene guardar este ejemplar?
- Ahora lo entenderás pequeño amigo, ten paciencia.
Jorge entra en la cocina, yo también tengo hambre, pero necesito respuestas, todo esto del libro no me encaja, existen demasiados cabos sueltos en su historia, ¿huele a barbacoa?
- Jorge ¿que coño estás haciendo ahí dentro? - me acerco a la cocina y cuando llego a la puerta... la sangre me hierve, no puedo creer lo que veo. -MALDITO HIJO DE LA GRAN PUTA!!!!
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